domingo, 7 de abril de 2013

"Non materiae causam mortis cum callidus mens"

Hacía algún tiempo (más del que mi cabeza calculaba) que no venía a visitarme musa alguna. Pero vino en masculino, para mi sorpresa. Una racha de buena suerte pasó por donde nunca pasaba nada, cuando llevábamos varios días acostumbrándonos a nuestras malas caras. Y sin más, los esquemas que había fijado en la mente como estructuras inamovibles, empezaron a derrumbarse sin hacer ruido, haciendo mella. Lo normal ya no me atraía y él se atrevió a ser diferente. Eso fue lo que me enganchó. Si, exactamente eso. Porque las mentes inquietas suelen estar siempre un paso por delante, actuaría de guía en la distancia, de apoyo en lo inmoral y de buena cara si hay mal tiempo. Ya no eras una opción, pasaste a ser ese diálogo conmigo misma cada noche, que se adueñaba de tu nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario