lunes, 29 de agosto de 2011

¿Y si no lo quiero ver?.-

¿Te das cuenta? Más tarde no podrás alegar a penas un argumento en contra. Aflorarán los nervios y tartamudearás hasta ser incapaz de vocalizar algún monosílabo. Esa es nuestra flaqueza, internacional. Puede ser que los varones dispongan de un mejor mecanismo de fingimiento o que nosotras no hemos desarrollado la bendita manera de controlar nuestro lenguaje corporal. Pero una vez que abras los ojos... estás perdida. Se guardarán todas y cada una de tus visiones (por mucho que lo ignores) en el disco duro. Tan duro que probablemente no seas capaz ni siquiera de rasgarlo a lo largo del tiempo. Y es aquí donde empieza y termina cada vivencia, en la primera impresión. En ella basamos todo lo que va a venir después, y asociamos inconscientemente esta palabra a aquella forma, y este olor a aquel color. Me gusta recordar las imágenes que me han hecho subirme a la copa del árbol mas difícil, pero tiendo a hacerlo cada noche con las que hicieron que la ilusión de "ideal" se vaya desmejorando. Y es así, inevitable. La retina, el iris, la pupila, nuestra pupila, verde, gris o miel lo analizará todo, se alimenta de imágenes y perdona,pero nunca olvida; no intentes cerrar los ojos, no lo vas a conseguir. Evitemos fingir sobre aquello que hemos visto y no precipitemos palabras al precipicio de la ignorancia anticipada. De hecho, yo , soy la mitad de lo que viste. Todo está por ver, Doña Pupila acabará por delatarnos..

1 comentario:

  1. Increíble."Evitemos fingir sobre aquello que hemos visto y no precipitemos palabras al precipicio de la ignorancia anticipada". QUIERO SER TUS PALABRAS.

    ResponderEliminar